Señor de los milagros

En este mes de octubre la Iglesia peruana celebra al Señor de los Milagros, también llamado Cristo de Pachacamilla o Cristo Moreno. Su día central es el 28 de octubre.

Esta gran tradición tiene sus orígenes en el siglo XVII, en que fue pintado la imagen por un esclavo angoleño sobre un muro de adobe en Pachacamilla. La devoción nace de los milagros que se le atribuye al Cristo moreno, en el que resalta la del terremoto de 1655 en Lima, donde se destruyeron varias construcciones quedando en pie la pared donde se encontraba la imagen. Años después se realiza la primera procesión por varios lugares de Lima con la réplica del Señor de los Milagros, desde esa época la imagen no ha dejado de salir a visitar las calles de Lima generando en las personas una fe en el Cristo crucificado que mira con amor y misericordia al pueblo peruano. Son varias las razones por el que centenas de personas acompañan al Señor en su recorrido, algunos para su conversión, por salud, por agradecimiento, por las gracias dadas a ellos o a sus seres queridos, dando a conocer que esta tradición nace de una fe arraigada en el Señor.

Este año habría sido la procesión número 333 pero por la realidad de la pandemia Covid-19 no será posible. Por esta razón, la Iglesia de Lima invita a vivir esta tradición de una manera diferente, nos invita a tener un “grandioso retiro espiritual en el mes morado, dejándonos conducir por el Espíritu de Dios y así aprender a vivir como peruanos resucitados”.  Para ello nos brinda algunos consejos prácticos y una programación de Eucaristías, procesiones, vía crucis, rezo del rosario y charlas formativas de forma virtual, de esta manera seguiremos contemplando al Señor de los Milagros que viene a nosotros para darnos vida en abundancia y así poder compartir esa vida con nuestros hermanos y hermanas. Que nuestro testimonio cristiano sea el reflejo de nuestra fe en el Cristo crucificado que entrega su vida por amor y que nos invita a resucitar con Él.

Hna. María Cecilia Naranjo Vega

 

Si te hace bien, ven.

 

(Francisco de Asis)